En épocas donde avanzan las tecnologías y los formatos del espectáculo, dónde el entretenimiento es accesibilísimo en cualquier momento y lugar; Violencia Rivas, una cantante que en los años 60 anticipó el punk en la Argentina, declara que no solo hay demasiado entretenimiento, sino que es nocivo, y forma parte esencial de la decadencia de la humanidad.
Es así que Violencia, irá guiando al espectador por una suerte de documental, en dónde a través de historias breves, se irán contando las distintas relaciones que como seres humanos tenemos con el cine, la radio, internet, el video home y otras nuevas costumbres que llegaron con los avances tecnológicos.
De esta manera, Violencia, con una mirada nihilista y apocalíptica, muestra como las relaciones entre las personas se van distorsionando por la irrupción del entretenimiento y el peligro, a su entender, de que éste se este convirtiendo en algo más interesante que la vida.
Otros personajes desarrollan variaciones sobre el tema, como Bombita Rodríguez, un cantante de fines de los ‘60, al que se lo conocía como “El Palito Ortega Montonero”, quién cuenta la historia de un megaproyecto de entretenimientos con contenido divertido, y a su vez, anti-imperialista.
Jesús de Laferrere, un Mesías del conurbano, dará una lección a sus seguidores, que tomando livianamente la religión, la han convertido en un entretenimiento más.
Pomelo, una estrella de rock, reflexiona acerca de su mirada del mundo, en dónde divide a los seres humanos en dos clases: las estrellas que entretienen, y el resto de los mortales, los entretenidos.
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