
Con la ayuda de Sendak, su mejor amiga Romy (Meagan Good) y su novio Mark (Cam Gigandet), Casey consigue descubrir que la maldición familiar remonta a la Alemania nazi: se trata de una criatura capaz de introducirse en cualquier ser, y que se hace más fuerte con cada posesión. La maldición sigue su curso. Si Casey quiere sobrevivir, deberá cerrar una puerta abierta por un nonato más allá de nuestro mundo.
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